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Compartiendo a Jesucristo: La oración

«En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios».

Compartiendo a Jesucristo: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha»

«Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera».

Compartiendo a Jesucristo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad»

«Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre, y los lleva a abrevar? Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?».

Compartiendo a Jesucristo: ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?

« Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel».

Compartiendo a Jesucristo: El pago de impuesto

«Echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti».

Compartiendo a Jesucristo: «Yo soy el pan bajado del cielo»

«Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera».

Compartiendo a Jesucristo: «Señor, ten compasión de mi hijo»

«Por vuestra poca fe. En verdad os digo que, si tuvierais fe como un grano de mostaza, le diríais a aquel monte: “Trasládate desde ahí hasta aquí”, y se trasladaría. Nada os sería imposible».

Compartiendo a Jesucristo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»

«¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios».

Compartiendo a Jesucristo: Jesús en la región de Tiro y Sidón

«Ten compasión de mí, Señor Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo».

Compartiendo a Jesucristo: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!»

«Los de la barca se postraron ante él diciendo: “Realmente eres Hijo de Dios”».