Radio HM

Compartiendo a Jesucristo: La verdadera pureza

«Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre».

Compartiendo a Jesucristo: Su corazón está lejos de mí

«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos”».

Compartiendo a Jesucristo: Jesús en Genesaret y sus cercanías

«En los pueblos, ciudades o aldeas donde llegaba colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos la orla de su manto; y los que la tocaban se curaban».

Compartiendo a Jesucristo: «Todo el mundo te busca»

«“Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido”. Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios».

Compartiendo a Jesucristo: Necesidad de seguir a Jesús

«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga».

Compartiendo a Jesucristo: Jesús llamó a los Doce y los envió

«Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban».

Compartiendo a Jesucristo: Ningún profeta es bien recibido en su tierra

«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».

Compartiendo a Jesucristo: La Presentación del Señor

«Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”».

Compartiendo a Jesucristo: Curación del endemoniado geraseno

«Mientras se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le pidió que le permitiese estar con él. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: “Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti”».

Compartiendo a Jesucristo: Jesús hablaba con autoridad

«Jesús lo increpó: “¡Cállate y sal de él!”. El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él».